jueves, 13 de septiembre de 2007

libertad o muerte, qué nos pasa?

Siempre es triste que alguien muera, sobre todo si es en sircunstancias trágicas...Pero dentro de esas trágicas sircunstancias, siempre cabe la posibilidad del accidente; ese desafortunado evento que termina con una existencia.
Muy diferente es cuando el hecho en cuestión tiene por objeto eliminar a un presunto enemigo. La intención es sacar del camino al obstáculo que nos impide realizar lo correcto. A veces, esa intención está motivada por un sentimiento tan profundo, que nos siega y nos hace despreciar incluso nuestra vida. Esa actitud heroica que tanto admiramos y que al final solo deja personas desdichadas.
Puede que sea "justo" un sacrificio de tales caracteristicas cuando está motivado por una necesidad generalizada. Un problema tan grande que genera desdicha a muchos y que el costo de su solución es muy alto. Pero, ¿Qué pasa cuando el motivo no es otra cosa que la abstracción: La Patria, el Honor, por ejemplo; y que por culpa de dichas abstracciones mueren arbitrariamente personas que desde ciero punto de vista, son identicas? ¿Acaso no sería digno del mayor de los desprecios? ¿Acaso no han sido calificados como Monstruosos e Irrepetibles? En cambio, ¿qué hacemos? Los transformamos en Martires. Ejemplos de sacrificio, dignos de ser imitados, como si el desprecio por la vida no fuese suficiente.
Somos hijos de la violencia. Heredamos actitudes destructivas, tendemos a la aniquilación, quiza sea por una necesidad intrinseca de la especie. Somos muchos y debemos auto regularnos. Si es por eso, ojalá no sea una actitud demaciado inconciente, que tengamos la posibilidad de reaccionar y de proyectarnos.

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