lunes, 11 de junio de 2007

La Anarquía, por Manuel González Prada

Si a una persona seria le interrogamos qué entiende por Anarquía, nos dirá, como absolviendo la pregunta de un catecismo: "Anarquía es la dislocación social, el estado de guerra permanente, el regreso del hombre a la barbarie primitiva". Llamará también al anarquista un enemigo jurado de vida y propiedad ajenas, un energúmeno acometido de fobia universal y destructiva, una especie de felino extraviado en el corazón de las ciudades. Para muchas gentes, el anarquista resume sus ideales en hacer el mal por el gusto de hacerle.
No solamente las personas serias y poco instruidas tienen ese modo infantil de ver las cosas: hombres ilustrados, que en otras materias discurren con lucidez y mesura, desbarran lastimosamente al hablar de anarquismo y anarquistas. Siguen a los santos padres cuando trataban de herejías y herejes. Lombroso y Le Bon recuerdan a Tertuliano y San jerónimo. El autor de El hombre criminal ¿no llegó hasta insinuar que los anarquistas fueran entregados a las muchedumbres, quiere decir, sometidos a la ley de Lynch? Hay, pues, sus Torquemadas laicos, tan feroces y terribles como los sacerdotes.
Quienes juzgan la Anarquía por el revólver de Bresci, el puñal de Caserio y las bombas de Ravachol no se distinguen de los librepensadores vulgares que valorizan el Cristianismo por las hogueras de la Inquisición y los mosquetazos de la Saint-Barthélemy. Para medir el alcance de los denuestos prodigados a enemigos por enemigos, recordemos a paganos y cristianos de los primeros siglos acusándose recíprocamente de asesinos, incendiarios, concupiscentes, incestuosos, corruptores de la infancia, unisexuales, enemigos del Imperio, baldón de la especie humana, etc. Cartago historiada por Roma, Atenas por Esparta, sugieren una idea de la Anarquía juzgada por sus adversarios. La sugieren también nuestros contemporáneos en sus controversias políticas y religiosas. Si para el radical-socialista, un monárquico representa al reo justiciable, para el monárquico, un radical-socialista merece el patíbulo. Para el anglicano, nadie tan depravado como el romanista, para el romanista, nadie tan digno de abominación como el anglicano. Afirmar en discusiones políticas o religiosas que un hombre es un imbécil o un malvado, equivale a decir que ese hombre no piensa como nosotros pensamos.
Anarquía y anarquista encierran lo contrario de lo que pretenden sus detractores. El ideal anárquico se pudiera resumir en dos líneas: la libertad ilimitada y el mayor bienestar posible del individuo, con la abolición del Estado y la propiedad individual. Si ha de censurarse algo al anarquista, censúresele su optimismo y la confianza en la bondad ingénita del hombre. El anarquista, ensanchando la idea cristiana, mira en cada hombre un hermano; pero no un hermano inferior y desvalido a quien otorga caridad, sino un hermano igual a quien debe justicia, protección y defensa. Rechaza la caridad como una falsificación hipócrita de la justicia, como una ironía sangrienta, como el don ínfimo y vejatorio del usurpador al usurpado. No admite soberanía de ninguna especie ni bajo ninguna forma, sin excluir la más absurda de todas: la del pueblo. Niega leyes, religiones y nacionalidades, para reconocer una sola potestad: el individuo. Tan esclavo es el sometido a la voluntad de un rey o de un pontífice, como el enfeudado a la turbamulta de los plebiscitos o a la mayoría de los parlamentos. Autoridad implica abuso, obediencia denuncia abyección, que el hombre verdaderamente emancipado no ambiciona el dominio sobre sus iguales ni acepta más autoridad que la de uno mismo sobre uno mismo.
Sin embargo, esa doctrina de amor y piedad, esa exquisita sublimación de las ideas humanitarias, aparece diseñada en muchos autores como una escuela del mal, como una glorificación del odio y del crimen, hasta como el producto morboso de cerebros desequilibrados. No falta quien halle sinónimos a matoide y anarquista. Pero, ¿sólo contiene insania, crimen y odio la doctrina profesada por un Reclus, un Kropotkin, un Faure y un Grave? La anarquía no surgió del proletariado como una explosión de ira y un simple anhelo de reivindicaciones en beneficio de una sola clase: tranquilamente elaborada por hombres nacidos fuera de la masa popular, viene de arriba, sin conceder a sus iniciadores el derecho de constituir una élite con la misión de iluminar y regir a los demás hombres. Naturalezas de selección, árboles de copa muy elevada, produjeron esa fruta de salvación.
No se llame a la Anarquía un empirismo ni una concepción simplista y anticientífica de las sociedades. Ella no rechaza el positivismo comtiano; le acepta, despojándole del Dios-Humanidad y del sacerdocio educativo, es decir, de todo rezago semiteológico y neocatólico. Augusto Comte mejora a Descartes, ensancha a Condillac, fija el rumbo a Claude Bernard y sirve de correctivo anticipado a los Bergson nacidos y por nacer. Si el darwinismo mal interpretado parecía justificar la dominación de los fuertes y el imperialismo despótico, bien comprendido llega a conclusiones humanitarias, reconociendo el poderoso influjo del auxilio mutuo, el derecho de los débiles a la existencia y la realidad del individuo en contraposición al vago concepto metafísico de especie. La Ciencia contiene afirmaciones anárquicas y la Humanidad tiende a orientarse en dirección de la Anarquía.
Hay épocas en que algunas ideas flotan en el ambiente, hacen parte de la atmósfera y penetran en los organismos más refractarios para recibirlas. Hasta Spencer, hasta el gran apóstol de la evolución antirrevolucionaria y conservadora, tiene ráfagas de anarquismo. Los representantes mismos del saber oficial y universitario suelen emitir ideas tan audaces, que parecen tomadas de un Bakunin o de un Proudhon. Un profesor de la Universidad de Burdeos, Duguit, no vacila en repetir: "Pienso que está en camino de elaborarse una sociedad nueva, de la cual han de rechazarse tanto la noción de un derecho perteneciente a la colectividad para mandar en el individuo como la noción de un derecho del individuo para imponer su personalidad a la colectividad y a los demás individuos. Y si, atendiendo a las necesidades de la exposición, personificamos la colectividad en el Estado, niego lo mismo el derecho subjetivo del Estado que el derecho subjetivo del individuo". (Las transformaciones del Estado, traducción de A. Posada).
No quiere decir que nos hallemos en vísperas de establecer una sociedad anárquica. Entre la partida y la llegada median ruinas de imperios, lagos de sangre y montañas de víctimas. Nace un nuevo Cristianismo sin Cristo; pero con sus perseguidores y sus mártires. Y si en veinte siglos no ha podido cristianizarse el mundo, ¿cuántos siglos tardará en anarquizarse?
La Anarquía es el punto luminoso y lejano hacia donde nos dirigimos por una intrincada serie de curvas descendentes y ascendentes. Aunque el punto luminoso fuese alejándose a medida que avanzáramos y aunque el establecimiento de una sociedad anárquica se redujera al sueño de un filántropo, nos quedaría la gran satisfacción de haber soñado. ¡Ojalá los hombres tuvieran siempre sueños tan hermosos!

viernes, 8 de junio de 2007

Los Intolerables

Afirmamos que la acción concertada y conciente (aplicación de fuerza) es la manera en como las personas pueden modificar su entorno (sicológico y físico). Un ejemplo de ellos es la acción de protesta que los estudiantes secundarios están llevando a cabo. No discutiremos aqui sobre la apropiado o inapropiado de estas acciones, si discutiremos el hecho de que esta generación, la generación "democrática" se ha desembarazado por completo del principio de autoridad. A dios, gracias!!!
Mientras el gobierno hace agua por todos lados y recurre al autoritarismo más descarado para tratar de controlar la situación, estos niños están tomando al toro por las astas -una vez más y las que fuesen necesarias- para oponerse, para derribar, para terminar con el cinismo de una sociedad que se cae a pedazos. Quiza sus peticiones no sean oidas, quiza y los más probable, sólo reciban palos e injurias, quiza...Pero de algo estamos seguros, la llama de la rebeldía ya se encendió y ni mil Belisarios podrán apagarla.

martes, 5 de junio de 2007

Aplicación de Fuerza v/s uso de la Violencia

Fuerza: cualquier acción o influencia conciente, capaz de modificar el estado de movimiento o de reposo de un cuerpo, es decir, de imprimirle una aceleración modificando su velocidad.
Violencia: comportamiento deliberado que resulta, o puede resultar, en daños físicos o psicológicos a si mismo u otros seres humanos, o más comúnmente a otros animales o cosas.
Nuestro mundo nos consume física y sicológicamente. Incapaces de responder, la desesperación nos lleva a recurrir a lo primero (y lo más fácil) que tenemos a mano: La violencia. Pero la violencia no es otra cosa que una acción desconcertada, llevada por la ira y la desepción.
Imagina al esclavo tratando de romper sus cadenas con los dientes, ¿inútil? ¿estúpido? pero impulsado por años y años de castigo y humillación, desprovisto de las armas fundamentales para hacer frente a su situación, no le queda más que dejarse llevar por la desesperación, terminando en la absoluta demencia. Luego la seguera insana lo llevará a actuar violentamente contra lo que sea, igual que un perro infectado de rabia, para terminar, igual que el perro, asesinado en pro del bien común.
La acción violenta no comprende otra cosa que la desesperación llevada a la practica. El ser humano privado de educación y por ende de una comprensión de su entorno, dejará salir de su interior la más ciega de las actitudes, que no podrá controlar, convirtiendose a la larga en su propio verdugo.
El proceso de liberación nace desde el interior de cada persona. Tomemos al mismo esclavo antes de lanzarse contra sus cadenas: quiza comento sus sentimientos, tal vez habló con otros esclavos, aprendió de ellos al compartir experiencias. Llenó su corazón con una idea: La Libertad.
Ahora, en vez de mascullar su rabia, mientras trabaja observa, analiza, se arma de paciencia y espera. Ha encontrado entre sus compañeros gente experimentada y sabia, valeroza, con sus mismas intenciones y sentimientos. Ha descubierto las falencias de sus amos, los conoce, sabe sus debilidades y fortalezas, diseña un plan: logran huir, son libres. Han aplicado una fuerza, o dicho de otro modo, han actuado concertada y concientemente contra sus cadenas y logrado su objetivo.
El adorador de la violencia, no hace más que poetizar sobre sus trancas, sus miedos y sus incertidumbres y se lanza en caida libre sobre algo que no es capaz de comprender. Ni la muerte puede liberarlo.
El hombre libre, se hace libre antes de romper sus cadenas. Debe serlo para actuar a conciencia y lograr su objetivo, de lo contrario seguira siendo esclavo de si mismo y por ende, de cualquiera.

Jorge Pavez acusa a dirigente Jaime Gajardo faltan 127 millones en el Colegio de Profesores

(2 de Marzo) El Directorio Nacional del Colegio de Profesores debió recurrir a los tribunales el año 2004 para intentar conocer el destino de 127.533.520 pesos, correspondientes a dineros del Colegio de Profesores Regional Metropolitano, cuyo destino aún no ha sido explicado. El presidente del Colegio de Profesores, Jorge Pavez, acusa al también dirigente de los profesores, Jaime Gajardo Orellana, presidente del Regional Metropolitano cuando el hecho denunciado sucedió y dirigente del Partido Comunista (PC). El 19 de enero, el 12º Juzgado Civil de Santiago decretó la "nulidad procesal" del juicio por "errores de procedimiento". Las diligencias deberán volver a realizarse. El tribunal no se pronunció sobre el tema de fondo: el destino de los 127.533.520 pesos. Gajardo actualmente es tesorero del Colegio de Profesores. Según Jorge Pavez -ex dirigente del PC- "la desaparición de los 127 millones de pesos es un hecho de la causa y que, hasta el momento, su destino no ha sido explicado ni a la justicia ni a los profesores". El Directorio Nacional del Colegio de Profesores continuará con el proceso judicial, de modo que se investigue la denuncia y se establezca qué sucedió con los dineros.