Morir por la causa, convertirse en mártir para que los demás comprendan, para que los demás actúen. Para que el resto, la masa, asimile la gravedad de la situación, para que los poderosos tomen conciencia…circo.
¿De que sirve un muerto más? ¿Para que el resto haga uso de los beneficios que su muerte genere? Así ha sido siempre. Cada hombre, mujer o niño que ha terminado sus días víctima de la opresión, de la persecución, no es más que el precio a pagar, el castigo por querer, por soñar, por perseguir una utopía que sí, es hermosa y quizá alcanzable, pero muy poco beneficiosa para quienes ostentan el poder.
Tal vez vengan cambios importantes, tal vez un par de muertos signifiquen una apertura, una revisión, un “quizá tenían razón” y luego sin su capucha, los verdugos aparezcan sonrientes anunciando la ley que permite, la reforma que asegura, la paz que necesitábamos…basura.
Pero es muy probable que no pase nada, que la muerte quede ahí, escrita en una piedra, rayada en una pared, esparcida en el piso, sostenida sólo por las lagrimas de quienes conocieron y amaron a la víctima, y si tiene suerte, alguien encenderá una vela y pensará un segundo en lo que pasó cuando la fecha se lo recuerde.
No estamos criticando el sacrificio de quien motivado por el más profundo sentido de justicia, se olvida de todo lo que lo ataba a este mundo y se entrega convencido de que es lo único que queda por hacer. No, criticamos a aquellos cobardes (rojos, azules o negros), aquellos que ocultos en las sombras esperan el minuto fatal para relamerse, cual carroñero, en la gloria del caído.
Una muerte no es más que eso, una muerte, como las hay miles en el mundo. Sin razón, sin sacrificio. ¿Por qué no presentamos una demanda internacional cuando mueren niños acuchillados en las poblaciones? o cuando otros mueren de hambre y frió, abandonados en un basurero, llorando hasta que sus pulmones no pueden más. Simplemente por que no es ideológico, por que a nadie le significará un ascenso en su votación, por que a nadie le importa.
Otros más caerán, por que es mejor unos cuantos muertos que todo el poder perdido, que el dinero desperdiciado. Y los asesinos serán juzgados, por que para eso están, para cumplir ordenes y para recibir los golpes. Pero ¿de qué nos sirve a nosotros?
¿De que sirve un muerto más? ¿Para que el resto haga uso de los beneficios que su muerte genere? Así ha sido siempre. Cada hombre, mujer o niño que ha terminado sus días víctima de la opresión, de la persecución, no es más que el precio a pagar, el castigo por querer, por soñar, por perseguir una utopía que sí, es hermosa y quizá alcanzable, pero muy poco beneficiosa para quienes ostentan el poder.
Tal vez vengan cambios importantes, tal vez un par de muertos signifiquen una apertura, una revisión, un “quizá tenían razón” y luego sin su capucha, los verdugos aparezcan sonrientes anunciando la ley que permite, la reforma que asegura, la paz que necesitábamos…basura.
Pero es muy probable que no pase nada, que la muerte quede ahí, escrita en una piedra, rayada en una pared, esparcida en el piso, sostenida sólo por las lagrimas de quienes conocieron y amaron a la víctima, y si tiene suerte, alguien encenderá una vela y pensará un segundo en lo que pasó cuando la fecha se lo recuerde.
No estamos criticando el sacrificio de quien motivado por el más profundo sentido de justicia, se olvida de todo lo que lo ataba a este mundo y se entrega convencido de que es lo único que queda por hacer. No, criticamos a aquellos cobardes (rojos, azules o negros), aquellos que ocultos en las sombras esperan el minuto fatal para relamerse, cual carroñero, en la gloria del caído.
Una muerte no es más que eso, una muerte, como las hay miles en el mundo. Sin razón, sin sacrificio. ¿Por qué no presentamos una demanda internacional cuando mueren niños acuchillados en las poblaciones? o cuando otros mueren de hambre y frió, abandonados en un basurero, llorando hasta que sus pulmones no pueden más. Simplemente por que no es ideológico, por que a nadie le significará un ascenso en su votación, por que a nadie le importa.
Otros más caerán, por que es mejor unos cuantos muertos que todo el poder perdido, que el dinero desperdiciado. Y los asesinos serán juzgados, por que para eso están, para cumplir ordenes y para recibir los golpes. Pero ¿de qué nos sirve a nosotros?
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